Los sistemas distribuidos se diferencian de sistemas tradicionales de almacenamiento como SAN (red de área de almacenamiento) o NAS (almacenamiento conectado a red) que se basan principalmente en el hardware, en una definición de almacenamiento por software.
Con los sistemas SAN y NAS hay que realizar una inversión inicial en hardware mientras que en los sistemas de almacenamiento distribuido se utilizan los servidores, unidades y red estándar, minimizando el coste en infraestructura.
Los sistemas tradicionales de almacenamiento se pueden escalar hasta un límite (como por ejemplo, el número de discos que se pueden añadir a un NAS), mientras que en un sistema distribuido prácticamente carece de límites para expandir la capacidad (con un diseño cloud, se añaden nuevos nodos y el cluster aumenta).
Al contrario que los sistemas NAS y SAN, en un sistema de almacenamiento distribuido por software se garantiza que los datos se encuentran divididos y replicados, incrementando la integridad de la información y las opciones de recuperación ante cualquier problema.